La Bruja del Valle Perdido

Horror 14 to 20 years old 2000 to 5000 words Spanish

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El Valle Perdido siempre había tenido una reputación sombría. Los ancianos contaban historias susurradas de un mal antiguo que acechaba en sus profundidades, una bruja de poder inimaginable que se alimentaba del miedo y la desesperación.
Isabella y sus amigos, un grupo inseparable de adolescentes llenos de valentía imprudente, decidieron desafiar las leyendas. Estaban hartos de los cuentos de fantasmas y anhelaban la aventura. Una noche de luna nueva, se adentraron en el valle, linternas en mano y corazones llenos de emoción y nerviosismo.
A medida que se internaban más en el valle, una neblina fría comenzó a envolverlos. Los árboles retorcidos parecían alargar sus ramas, agarrándolos. Los sonidos del bosque, que antes eran reconfortantes, se volvieron amenazantes, llenos de susurros que parecían llamarlos por sus nombres.
De repente, se encontraron frente a una cabaña destartalada, casi engullida por la vegetación. La puerta estaba entreabierta, invitándolos con una oscuridad inquietante. El aire se espesó con un olor dulce y enfermizo, como flores marchitas y carne podrida.
“¿Hola?” gritó Daniel, el más valiente del grupo, aunque su voz temblaba ligeramente. El silencio fue la única respuesta.
Isabella sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. “Creo que deberíamos irnos,” susurró.
Pero la curiosidad de sus amigos, y quizás también un poco de bravuconería, los empujó hacia adelante. Entraron a la cabaña.
El interior estaba tenuemente iluminado por una chimenea parpadeante. Las paredes estaban cubiertas de hierbas secas, frascos llenos de líquidos turbios y símbolos extraños pintados con una sustancia oscura que parecía sangre.
En el centro de la habitación, frente a la chimenea, se encontraba una mujer anciana, encorvada sobre un caldero burbujeante. Su piel era como pergamino arrugado, y sus ojos brillaban con una maldad glacial. Era la bruja del valle.
Los chicos retrocedieron horrorizados. La bruja levantó la vista, una sonrisa horrible deformando su rostro. “Bienvenidos, niños secuestrados,” graznó. “Los he estado esperando.”
Antes de que pudieran reaccionar, la bruja levantó una mano huesuda y murmuró unas palabras incomprensibles. Una ola de energía invisible golpeó a los adolescentes, arrojándolos al suelo.
Isabella sintió que su mente se nublaba. Un zumbido sordo resonaba en sus oídos. Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. Sintió una fuerza externa invadiendo sus pensamientos, retorciendo sus recuerdos y emociones.
Poco a poco, su voluntad se debilitó. Las órdenes de la bruja comenzaron a filtrarse en su conciencia, dominando sus propios pensamientos. Sintió que su mente le era arrebatada, reemplazada por una lealtad ciega y una devoción enfermiza hacia la anciana.
Mientras tanto, uno por uno, los amigos de Isabella caían bajo el control de la bruja. Sus ojos se volvieron vacíos y sin vida, reflejando solo la maldad de la anciana. Eran marionetas, atadas a los hilos invisibles de la brujería.
La bruja sonrió con satisfacción. Ahora que tenía control total sobre los jóvenes, comenzó su macabro ritual. Les reveló su plan: usarlos como vasos para restaurar su propia juventud.
“Mi cuerpo está envejeciendo,” explicó con una voz ronca. “Pero sus vidas, su esencia juvenil, me permitirán renacerán.”
Uno a uno, la bruja obligó a los niños secuestrados a beber una poción viscosa del caldero. Isabella, a pesar de su mente cautiva, sintió un terror primal. Era como si su vida se estuviera drenando de ella, gota a gota.
A medida que bebían la poción, sus cuerpos comenzaron a cambiar. Su piel se arrugaba, su cabello se caía, y sus huesos se encogían. Se estaban volviendo ancianos prematuramente, mientras la bruja, a su vez, se volvía más joven y vibrante.
Con cada sorbo de la poción, la bruja parecía recuperar años perdidos. Su piel se alisaba, su cabello recuperaba su color, y sus ojos brillaban con una luz peligrosa.
Finalmente, cuando la última gota de poción fue consumida, la bruja había recuperado la juventud. Su piel era tersa y radiante, su cabello brillaba, y sus ojos resplandecían con un poder sobrenatural. A sus pies, yacían los restos decrépitos de los adolescentes, vacíos y sin vida.
Pero la bruja no había terminado. Ahora, con una nueva juventud y un poder renovado, se preparó para el paso final de su ritual: la inversión del nacimiento, un oscuro acto de magia que les permitiría renacerán de una forma completamente nueva.
Reuniendo sus manos sobre el caldero, la bruja comenzó a cantar un conjuro en un idioma antiguo y prohibido. El caldero brilló con una luz oscura, y la habitación tembló con una energía siniestra.
Los cuerpos inertes de los adolescentes levitaron hacia el caldero. A medida que descendían, sus formas se distorsionaban, su carne se derretía y sus huesos se contraían. Se estaban deshaciendo, volviendo a un estado primordial.
Isabella, en el borde de la inconsciencia, sintió un terror incomparable. Estaba siendo despojada de su individualidad, reducida a un mero ingrediente en la pócima de la bruja.
Entonces, el caldero explotó con una llamarada de energía. Los restos de los adolescentes se disolvieron en una masa viscosa que brillaba con una luz verdosa. La bruja sonrió con satisfacción. El ritual estaba completo.
Después del resplandor de energía que fluyó de el caldero hirviente los dejo irreconocibles ahora estaban esperando ser reincorporado en otro reino a otro estado existencial que la bruja había creado. Con sus rostros lavados de identidad , sus formas colapsadas hasta llegar al un unbirth inimaginable.
La bruja se acercó al caldero, sus ojos brillando con una malévola anticipación. Extendió la mano y tomó un puñado de la sustancia viscosa. Luego, cerrando los ojos, comenzó a moldear la masa, dándole forma nueva.
Primero formó una pequeña figura. Luego siguió otra y otra más, hasta formar la totalidad de los niños que una vez fueron sus niños secuestrados. Sin embargo, en este punto del acto ritual, ellos ya no lo eran más, sino la herramienta de renacimiento de ella. Ella usaría a cada uno de los niños, los amoldaría, los transformaría.
La bruja había preparado un orificio sagrado. Al tener el control total sobre cada uno de ellos a partir de ahora , uno a uno entrarían sin opción, no tenían salida. No podían reclamar su autonomía.
La bruja forzó a cada uno de ellos, manipulando sus nuevos cuerpos aún sin terminar. Uno a uno, cada uno de los niños entro por la vagina. Ella sonreía torpemente al sentirlos disolverse mientras completaba la fase final de este hechizo arcano.
Después del calvario inimaginable al cual la bruja sometió a cada uno de los niños entró por la vagina, no quedaron rastros de ella. Poco después se escucha los pasos acercándose y observa una comunidad enojada que había estado buscándola por muchos días.
Al entrar los pueblerinos con los familiares, gritaron despavoridos, llorando inconsolables porque de la barriga de la bruja nacían demonios. A cambio de querer su renacimiento con los chicos y a través de la vagina ella termino renaciendo de un forma atroz , con sus almas malditas atadas en el vientre renacieron un ejército de seres bestiales.